Julieta Desmarás
Hombre alado
Hombre, ¿qué es lo que ves y tensa tu porte?
¿Será el tormento del don
que adivina tus pies en el suelo?
¿Qué harás, hombre?
Anclando lunas con tu peso de niño.
Estás vivo y te inquieta el batir de tus alas.
Transparentes pero no invisibles
Sentencian desolación.
Hombre, fruncís tu boca.
Pero es inevitable,
con mate se hincha el cuerpo.
No hay silencio posible.
Es inevitable,
tu voz siempre será ruido de calle.
¿Qué harás, hombre?
¿Anclando lunas con tu peso de niño?
Subiré el volumen real de las cosas
Vendrás a mi puerta
como un árbol serruchado.
Yo no te quiero así,
tormentoso.
Vendrás a mí
¿cómo encender leña mojada?
¿Por qué venir a taparme?
mi madre supo abrigarme
y siempre desperté.
Nunca fui Ofélica,
no hallarán perlas en mi cuerpo;
tal vez restos de un tiranosaurio rex,
una despedida reprimida,
y dos o tres carozos de aceituna.
Vendrás a mí
y subiré el volumen real de las cosas.
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