Adela Grasso
DIARIO DE AGOSTO
(fragmentos)
* Hoy, martes, camino hacia la escuela.
Mi espalda se cansa y mi único pie fuerte perfora el camino.
Voy vestida con historias, de oro, de seda e hilos de plata pero nadie los ve.
Son invisibles, como el traje nuevo del emperador.
* Cuando entré al aula,
uno de los chicos levantó el brazo y
dijo que se llamaba Uriel.
"El nombre de un ángel", pensé,
y recordé al niño pintado en un ícono dorado y azul,
luego escuché un vuelo sobre mi cabeza mientras leía un cuento.
* Hay un sitio en el jardín
que no encuentro,
se esconde entre las cañas de bambú
como un tigre prófugo,
camuflado.
* Hoy bautizan a Valentina.
La madre le ha puesto un vestido blando como el agua
y una corona de flores diminutas que recogió en el campo.
La niña mira los vitrales del templo
y sus pupilas se agrandan,
hondas, oscuras,
sobre el océano turquesa de su asombro.
* Puso sobre la mesa un mantel bordado
en España, esos platos blancos
con dibujos de palomas livianas.
Después llenó las copas,
y de trago en trago
se le quitó el silencio
y las palabras desbordaron su boca.
Teresa lo tomó de sus manos y le decía
"todo pasa, todo pasa"
¿También el dolor?
Afuera, en el patio, escuchábamos
que comenzaba a llover.
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