17
Qué dice el poema de mí, mortífera armadura.
En esta pesadilla el bosque avanza
(como el de Birnam)
sobre lo que fueron nuestros sueños:
retazos de seda negra, el hurón sorprendido
en la ruta solitaria, la araña tejedora de estrellas
en aquella estación semiabandonada
donde dormí un cansancio pleno de luz.
La vida no traiciona, sólo continúa su curso
como un río cualquiera.
Las piedritas del fondo son lo que importa,
y no como amuletos: sólo como piedras,
bellas piedras que la criatura acumula en su bolsillo
contra el verde plácido del álamo.
¿Alcanza el poema a descifrar esta oscuridad
reseca que preanuncia el alba?
¿Alcanza a decirte que ya no hay interrupción?
El agua encajonada tiene olor a crimen.
"Y mañana, y mañana, y mañana."
Notas:
"y mañana, y mañana, y mañana": Shakespeare (Macbeth)
|